Cuando hablamos de inseguridad en Argentina, la imagen que suele venir a la mente es la del delito callejero: el arrebato, el robo, la violencia física. Si bien estas son realidades innegables y dolorosas, existe otra forma de inseguridad, más silenciosa pero igualmente devastadora, que está creciendo exponencialmente y afecta a miles de argentinos a diario: el fraude y la estafa facilitados por la tecnología.
Estafas vía WhatsApp/Redes Sociales: El clásico "cambié mi número, agendame" que termina en un pedido de dinero urgente; falsas ofertas de trabajo que requieren un pago inicial; perfiles falsos en redes de citas (catfishing) que buscan obtener dinero bajo pretextos emocionales. Phishing Sofisticado: Ya no son solo correos mal escritos. Ahora recibimos SMS o emails casi idénticos a los de nuestro banco, AFIP, Mercado Pago o servicios de streaming, alertando sobre un supuesto problema de seguridad o una factura impaga, y dirigiendo a sitios falsos para robar credenciales o datos de tarjetas. Fraudes en Marketplaces y Plataformas de Compraventa: Vendedores falsos que desaparecen tras recibir un pago; compradores que simulan transferencias con comprobantes editados; triangulaciones donde un estafador vende un producto que no posee, haciendo que la víctima le pague a él en lugar de al vendedor real. Falsas Ofertas de Inversión: Promesas de ganancias exorbitantes y rápidas en criptomonedas o supuestos negocios online, que resultan ser esquemas Ponzi o directamente robos de capital.
Vergüenza de las Víctimas: Muchas personas sienten vergüenza de admitir que fueron engañadas, lo que dificulta conocer la magnitud real del problema. Percepción Errónea: Existe la creencia de que "a mí no me va a pasar" o que solo le ocurre a gente mayor o poco instruida, cuando en realidad las técnicas de ingeniería social son cada vez más sofisticadas y pueden engañar a cualquiera. Dificultad de Investigación: Rastrear a los estafadores, que a menudo operan desde otras jurisdicciones o usan identidades falsas y redes complejas, es extremadamente difícil para las fuerzas de seguridad y la justicia. Foco Mediático: Las noticias sobre delitos violentos generan más impacto inmediato, dejando a menudo en segundo plano estos fraudes "sin sangre".
Desconfianza Sistemática: Dudar de ofertas demasiado buenas, mensajes inesperados pidiendo dinero o datos, alertas de seguridad no solicitadas. Verificación Independiente: Antes de hacer clic, transferir dinero o dar datos, contactar a la entidad o persona por un canal oficial y conocido (no el que te proporcionan en el mensaje sospechoso). Educación Digital Continua: Mantenerse informado sobre las nuevas modalidades de estafa que van surgiendo. Denuncia: Aunque sea difícil, denunciar ayuda a visibilizar el problema y, en algunos casos, a prevenir que otros caigan.
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